La REGULACIÓN es el proceso por el cual experimento una emoción, me permito vivir todas las sensaciones que trae consigo, las dejo pasar por mi cuerpo, siento, respiro, me conecto con las sensaciones y vuelvo a mí para poder continuar. Y a esto, se aprende a través de la CO-REGULACIÓN (la persona REGULADA que me ayuda a desarrollar la capacidad de reaccionar a los estímulos externos e internos de forma adecuada con la intensidad justa, permitiéndome adaptarme al mundo externo y estabilizando mi mundo interno)
La mayoría de nosotros tuvo padres/cuidadores que no supieron identificar y regular sus propias emociones (incapaces emocionales) y esto los hacía incapaces de enseñarnos, y acompañarnos, a regular las nuestras (no fue posible la co-regulación).
De manera que, aprendimos «por nuestra cuenta» diferentes mecanismos/estrategias con las que devolver el equilibrio a nuestro organismo y lidiar con nuestro mundo emocional; influidos, por supuesto, por la forma en la que lo hacían los adultos que nos rodeaban. Hicimos lo que pudimos para adaptarnos y sobrevivir al entorno en el que nos tocó vivir.
Llegamos a la adultez incapaces de identificar y regular nuestras emociones, y esto, hace que proyectemos en el afuera esa energía acumulada y terminemos: (1)Reaccionando de forma sobredimiensionada (gritando, dando golpes, rompiendo cosas, dando portazos), o por el contrario (2)Reprimiéndonos (cerrándonos, aislándonos, callando…) o incluso (3)Desconectándonos emocionalmente (desligados de lo que sentimos).
Hoy, como adultos, podemos desaprender aquello que aprendimos. Desaprender no es lo contrario de aprender, tiene más que ver con replantarse lo ya aprendido, con mirarlo de otra forma y desde otro lugar. Lo nuevo no va a eliminar a lo antiguo, pero lo que sí es posible es superponerlo, darle mayor peso e importancia para que nuestro cerebro lo seleccione por encima de aquello que ya no nos es útil, ya no nos sirve.
Proponerte desaprender consiste primero en entrenar tu atención para estar alerta e identificar todo aquello que antes nos funcionaba y que es posible que haya dejado de funcionar y que, por tanto, deberemos apartarlo y considerar otras opciones.
Debemos aprender a conectar con nuestro cuerpo, con nuestras sensaciones para desde ahí aprender a permitirnos sentir las emociones y a devolvernos la calma sin necesidad de acudir a viejos estímulos externos. Aprender a sentirnos seguros en nuestro propio cuerpo, conquistar nuestro mundo interior.
A continuación, te comparto algunos tipos de padres/cuidadores emocionalmente incapaces y las posibles consecuencias para los hijos en su adultez. Como siempre digo, esta información nos sirve de guía orientativa, aquí no hay fórmulas matemáticas, existen tantos casos como personas hay en el mundo. Utiliza esta información como un mapa en el seas tú quien elige su propia ruta.
DIME CÓMO FUERON TUS PADRES Y TE DIRÉ CÓMO (PROBABLEMENTE) ERES
PADRES EMOCIONALES
Impredecibles e inestables.
Reaccionan de forma sobre-dimensionada y tienden a depender de factores externos para calmarse (alcohol, personas, medicamentos)
Pendulan entre los extremos de axfisiar emocional/psíquica y físicamente y la desaparición (0 disponibilidad).
Tienden al chantaje emocional como forma de control.
HIJOS DE PADRES EMOCIONALES
- Búsqueda de aprobación constante (rivalidad, exigencia, celos, envidia).
- Personas que complacen a costa de obviar/traicionar sus propias necesidades.
- Tendencia a la adicción para anestesiar sus emociones (trabajo, RRSS, tabaco, comida, alcohol…)
- Incapaces de sostenerse en la incomodidad
- Tienden al estilo de apego ansioso
- Tienden a las heridas de abandono, rechazo y/o culpa
PADRES EGOCÉNTRICOS
Incapaces de conectar con las necesidades/asuntos/emociones de otros.
Hiper-ocupados en sus propios asuntos.
Suelen ser estrictos, críticos, exigentes y perfeccionistas.
Creen estar en el poder de la verdad y conocer lo que conviene a cada miembro de la familia; y esperan que todos piensen igual y estén de acuerdo.
HIJOS DE PADRES EGOCÉNTRICOS
- Suelen ser procrastinadores por su miedo a las críticas y al rechazo y también por su excesiva autoexigencia y perfeccionismo.
- Muy arraigadas las creencias de «pedir ayuda es de incompetentes, incapaces y/o inútiles», «Haciendo todo perfecto seré digno de amor»
- Tienden al estilo de apego evitativo
- Tienden a poseer heridas de injusticia, traición y/o culpa.
PADRES PERMISIVOS/PASIVOS
Evitan a toda costa el conflicto
Minimizan e invalidan los problemas
Pueden llegar a permitir abusos y negligencias mirando hacia otro lado
No saben poner límites o ser guía
Pasan a un segundo plano, frente a alguien dominante.
Son altamente permisivos.
HIJOS DE PADRES PERMISIVOS/PASIVOS
- Toleran comportamientos abusivos.
- Incapacidad para poner límites.
- Comprenden que amor y protección no van de la mano.
- Tienden al estilo de apego desorganizado
- Tienden a poseer las heridas de abandono, vergüenza y/o traición.
PADRES ATEMORIZANTES
Su mandato y educación se basa en el infundir miedo.
La cercanía y el compromiso es escasa o nula; suelen vivir «apartados» de los asuntos de la familia salvo para ordenar, exigir o explotar.
HIJOS DE PADRES ATEMORIZANTES
- Sentimientos profundos de incapacidad.
- Suelen volverse invisibles para no molestar.
- Incapaces de manejar sus emociones y su vida.
- Actitudes defensivas.
- Tienden al estilo de apego desorganizado.
- Tienden a poseer heridas de injusticia y/o abandono.
La mayoría de nosotros, somos hijos adultos de padres/cuidadores emocionalmente inmaduros, que no siempre supieron cubrir nuestras necesidades, que probablemente no aprendieron a cómo acompañar nuestros procesos emocionales desde el afecto, la protección, la contención, el amor y la empatía, simplemente, hicieron lo que supieron con lo que tenían y sabían; hicieron lo que pudieron con lo que aprendieron.
- ¿Cómo manejaban en tu casa las emociones?
- ¿En qué formas se manifiesta eso en tu presente?
- ¿Qué pasaba cuando mamá o papá estaban tristes o enojados?
- ¿Sabes manejar tus frustraciones?
- ¿Logras distinguir tus emociones y regularlas?
- ¿Tienes relaciones sanas?
- ¿Sabes poner límites?
- ¿Reconoces tus pasiones?
- ¿Tienes claras tus metas?
- ¿Concilias fácilmente el sueño?
- ¿Disfrazas miedos con enfados?
- ¿Sabes cuánto vales?
- ¿Cómo lo sabes?
- ¿Cómo te lo demuestras?
- ¿Cómo te tratas cuando fallas?
- ¿Qué recursos utilizas para devolverte la calma cuando estás estresada/ansiosa?
No se trata de culpables, se trata de hacernos conscientes de lo que nos faltó o sobró, revisar de dónde vienen algunos mecanismos que nos generan sufrimiento y re-educarnos (reprogramarnos). Hoy podemos hacerlo diferente.
De corazón espero, que todo lo que comparto, te ayude a iluminar allí donde más oscuro se ve.
Un abrazo.
Manual de autosanación: «HERIDA. Comprender y sanar a mi niña interior» Un viaje a tu interior que se compone de 30 capítulos y 13 anexos. 594 páginas que te ayudarán a identificar tus propias capas de dolor, de qué se compone cada una de ellas, que entiendas la función que cumplieron y de qué te intentaron e intentan proteger, qué las detona y cuál es su secuencia.
¡Únete al canal de TELEGRAM! Un espacio en el que te compartiré herramientas y recursos para reflexionar, crecer y evolucionar juntas. Espero que se convierta en esa ventana donde poder encontrar un poquito de luz que ilumine allá donde más oscuro se ve.
Te acompaño en tu proceso: Te acompaño en ese viaje hacia lo más profundo de ti, a ir soltando todo lo que no te pertenece, a ir poniendo luz a esas partes que tuviste que esconder, ir renunciando a la esclavitud de la aceptación de otros, volver a sentirte segura siendo tú. Sentirte adulta, aceptarte y poder darte la incondicionalidad legítima que un día quizás no recibiste y que aún hoy estás necesitando. Pregúntame sin compromiso.
Conoce todas las herramientas y recursos que he creado para ti. Comienza el camino del autoconocimiento, aprende a indagar en ti, a observarte, escucharte, atenderte… Comprende porqué ves el mundo como lo ves y todo lo que puedes hacer al respecto. Tienes todo en la pestaña «recursos».
Suscríbete a la newsletter y descárgate el método: «El camino de regreso a mí. un viaje de vuelta». Con este método, te invito a no quedarte en lo obvio, a leer entre líneas, a rascar en la superficie y mirar qué hay detrás de todo lo que te rodea, de tus reacciones, de las experiencias y situaciones que repites y se repiten en tu vida.
Recuerda que en Instagram y Facebook te comparto herramientas a diario.
Puedes escucharme en «SOY HUMANA», el podcast de @tucambiocomienzaaqui en el que cada semana hablamos de todo aquello que nos preocupa a diario y que de alguna manera nos impide ver todo aquello que sí funciona, que sí va y que sí tenemos. En cada episodio hablamos de cómo lidiar con todo eso que, de alguna manera nos bloquea, nos limita y nos hace olvidar que somos human@s.