El proceso de duelo se define como el proceso normal y necesario de adaptación a una pérdida de cualquier índole: la muerte de un ser querido, cambio de país, de ciudad, una mudanza, un trabajo, una ruptura sentimental, cambio de estado civil, un cambio de ciclo vital (por ejemplo: de niña a mujer, de niño a hombre, una enfermedad, …)
Duelar implica conectar con nuestro dolor, permitirnos sentirlo, transitarlo. Trata sobre el adaptarnos a una nueva realidad, de despedir aquello que fue y lo que fue de mí con «eso» que ya no será más. Despedirnos de lo que no podrá ser, darle un nuevo sitio, un espacio en el que hoy ocupe un lugar donde no haga daño, donde me permita continuar hacia delante y reconstruirme para hacerme más grande que ese dolor.
“El duelo es tan natural como llorar cuando te lastimas, dormir cuando estás cansado, comer cuando tienes hambre y estornudar cuando te pica la nariz. Es la manera que tiene la naturaleza de sanar un corazón roto”. – Doug Manning
El proceso de duelo es un proceso cambiante, con subidas y bajadas, pero trascenderlo implica movimiento y acción. Una parte importante de la resolución del duelo pasa por tomar parte activa en él.
El tiempo ayuda a poner distancia con el hecho en sí, a adquirir perspectiva, reflexionar y dolerse. Sin embargo, el tiempo no es curativo en sí mismo: lo curativo es lo que el doliente hace y se permite sentir durante ese periodo.
Antes de continuar, si has sufrido alguna pérdida, te envío un abrazo y mucha fuerza (que ya tienes) para atravesar este proceso de duelo y trascendencia.
El duelo, duele y es natural sentir emociones contradictorias, algo de confusión y un poco de caos. El caos precede al orden, un caos que con presencia y amor incondicional contigo y tu proceso instaurará en ti un nuevo orden.
Confía en tu intuición y tu sabiduría interior, todos tenemos ese sexto sentido y esa conexión con lo no mundano que nos guía y nos orienta. A través de nuestra respiración, estando presentes, localizando las sensaciones en nuestro cuerpo, … tenemos el poder de devolvernos a nuestro lugar seguro, a la calma, a la quietud y a la serenidad.
Tienes que saber que, quizás, este proceso te conecte con duelos pendientes, y que en el proceso de crear un nuevo espacio para la pérdida actual, encuentres un nuevo espacio para todas las pérdidas que fueron importantes para ti (personas, animales, partes de ti, …)
- ¿Cuántos duelos te quedaron por trascender?
- ¿Cuántas cosas tuviste que dejar ir?
- ¿Cuántos cambios (internos/externos) has vivido?
- ¿Cuántos sueños/proyectos tuviste que soltar?
- ¿Cuántas cosas te quedaste esperando?
Te invito a escribir tu recorrido de enseñanzas y aprendizajes con esa persona, animal o parte de ti que ya no está. La forma en la que todo eso ahora vive en ti y la forma en la que a partir de ahora honrarás todo eso. Los actos simbólicos son muy poderosos, puedes crear el tuyo propio, una despedida que te ayude y te sirva a ti.
Permítete embargar por las emociones que vengan, pero teniendo en cuenta que son solo una parte de ti y forman parte del proceso: tienen un inicio y tienen un fin. No podemos dejar todas esas emociones como huéspedes eternos en nuestro interior, las emociones salen y entran, vienen y van, nos atraviesan, nos enseñan, nos señalan dónde y qué atender, nos informan y se marchan.
Es un buen momento para conocer tus momentos destello
LISTA DE DISPARADORES Y MOMENTOS DESTELLO
Así como es importante conocer nuestros disparadores (detonadores), también lo es conocer nuestros momentos destello:
Desde la Teoría Polivagal se conoce como destellos a esas señales que ayudan a nuestro cuerpo a moverse hacia una sensación de seguridad. Son aquellos instantes o minutos en los que el dolor no duele tanto y el malestar parece desaparecer, llevándonos desde la sensación de peligro hacia la sensación de seguridad y conexión, es decir, nos mueven de la hipo-activación o hiper-activación hacia nuestra ventana de tolerancia.
Algunos ejemplos de momentos destello:
- Salir a caminar con mi música favorita.
- Una conversación con esa persona que me hace sentir “en casa”.
- Conectar con esas cosas por las que me siento agradecida.
- Recordar buenos momentos y/o hablar de ellos.
- Pintar, coser, hacer puzzles, …
- Preparar mi comida favorita.
- Sentarme a leer un buen libro.
- Escribir poesía.
- …
¿Cuáles son tus momentos destello, esos en los que te sientes segura, en calma y en paz?
Crea tu lista y tenla a mano para cuando sientas que la necesitas (tu botiquín emocional).
Los disparadores, por el contrario, nos mueven desde una sensación de calma y seguridad hacia la sensación de peligro y vulnerabilidad, es decir, nos sacan de nuestra ventana de tolerancia y nos llevan hacia la hiper-activación o hacia la hipo-activación. Son todos aquellos estímulos que nos generan malestar y nos conectan con nuestras heridas (trauma).
*Aprender a identificar cuáles son tus disparadores y cuáles son tus momentos destello, se vuelve clave en tu proceso de sanación, te permitirá anticiparte a tus respuestas automáticas y tendencias, y a crear tu propia cajita de herramientas y recursos con los que regularte.
DUELO
Desde hace tiempo muchos psicólogos han defendido la idea de que, para superar el duelo, es necesario pasar por varias fases o etapas. No obstante, el psicólogo estadounidense J. William Worden piensa que ese planteamiento nos coloca en una posición pasiva respecto al dolor y el sufrimiento, como si no pudiésemos hacer nada más que sentarnos a esperar a que el tiempo cure la herida.
En su lugar, propone el concepto de “tareas del duelo”, lo cual nos permite asumir una postura más activa en la elaboración de la pérdida. Una de esas tareas consiste precisamente en reelaborar el lugar emocional que ocupa la persona o animal que ha trascendido. No se trata de olvidarla, sino de conferirle un nuevo espacio en nuestra vida emocional. Necesitamos encontrarle un lugar de manera que sigamos vinculada a ella, pero ese vínculo no nos impida seguir adelante.
Para ello, necesitamos encontrar nuevas maneras de recordarle que no nos causen un profundo dolor, sino que generen ese sentimiento de nostalgia y gratitud por lo que fue.
No obstante, aquí te dejo las etapas del duelo porque conocerlas nos da un mapa en el que poder encontrarnos y nos ayuda a entender que no hay nada roto en nosotros, sino que se trata de un proceso natural que requiere de tiempo y de ser parte activa de nuestro proceso individual e intransferible.
ETAPAS DE DUELO
NEGACIÓN: Se da generalmente poco después de la pérdida, ayuda a que el golpe no sea tan duro, pero en algún punto tienes que dejarla pasar porque chocará con la realidad.
ENOJO, RABIA, IRA: En esta etapa sentimos ira y rabia, lo que nos lleva a buscar culpables (culparnos o culpar a otro). La ira aparece ante la frustración por no poder hacer nada ante la situación que se está viviendo. Permítete sentir ese enojo y trata de canalizar esa energía. El movimiento del cuerpo nos ayuda a liberar esa carga.
NEGOCIACIÓN: Se comprende la pérdida pero se piensa en cómo revertir la pérdida. Muchas personas que se enfrentan a la muerte tratan de negociar incluso con una fuerza divina, luchan contra lo inevitable. La negociación rara vez proporciona una solución sostenible, pero puede reducir el dolor del momento..
TRISTEZA Y MIEDO: Se empieza a asumir la realidad de la pérdida, se siente la ausencia y se puede manifestar con tristeza, llanto o nostalgia. Permítete sentirlo y busca compañía. El miedo viene de la incertidumbre «¿y ahora qué?» y de creer que nunca se superará, sin embargo, debemos tener fe y convertirnos en agentes activos de nuestro propio proceso de duelo. Es natural temer una nueva realidad. Debemos darle la mano a esa parte de nosotros que tiene miedo y dejar que nos acompañe a instaurar un nuevo orden.
ACEPTACIÓN: Estado de calma asociado a la comprensión de la situación, implica recordar lo que pasó, pero desde otro lugar para poder vivir con ello. Toda esa rabia, enojo, miedo y tristeza se convierte en nostalgia al recordar al ser querido y gratitud.
El proceso de duelo es un proceso cambiante, con subidas y bajadas, pero trascenderlo implica movimiento y acción. Una parte importante de la resolución del duelo pasa por tomar parte activa en él. Permítete recurrir a tu red de apoyo (todas esas personas que te quieren y se preocupan por ti). NO TE DEJES SOLA.
De corazón espero, que todo lo que comparto, te ayude a iluminar allí donde más oscuro se ve.
Un abrazo lleno de luz y fuerza✨
Te acompaño en tu proceso: Te acompaño en ese viaje hacia lo más profundo de ti, a ir soltando todo lo que no te pertenece, a ir poniendo luz a esas partes que tuviste que esconder, ir renunciando a la esclavitud de la aceptación de otros, volver a sentirte segura siendo tú. Sentirte adulta, aceptarte y poder darte la incondicionalidad legítima que un día quizás no recibiste y que aún hoy estás necesitando. Pregúntame sin compromiso.
Manual de autosanación: «HERIDA. Comprender y sanar a mi niña interior» Un viaje a tu interior que se compone de 30 capítulos y 13 anexos. 594 páginas que te ayudarán a identificar tus propias capas de dolor, de qué se compone cada una de ellas, que entiendas la función que cumplieron y de qué te intentaron e intentan proteger, qué las detona y cuál es su secuencia.
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