«Los celos son una señal que me informa del peligro de perder el cariño del ser querido por la presencia de un tercero. Es la sensación de sentirme excluido y abandonado. El sentimiento es doloroso. La señal, si aprendemos a procesarla, puede enriquecernos»
– Noberto levy –
Para comprender los celos, no solo será necesaria una definición, debemos ahondar en los tipos de celos, los estímulos que los detonan, las reacciones que nos provocan, lo que erróneamente se cree que significan, la raíz de los celos, las posibles causas que hay detrás de sentir celos…
¿QUÉ SON LOS CELOS?
Los celos son una señal en forma de dolor que me informa acerca del riesgo de perder el cariño del ser querido. Es esa sensación de estar excluido, de no ser visto, tenido en cuenta o sentirme abandonado.
Comprende el dolor y el temor de perder el amor del ser querido como consecuencia de la relación que establece con otra persona.
Los celos son una emoción universal que de alguna forma todos hemos sentido y podemos sentir, se trata de una emoción compleja compuesta por otras emociones y sentimientos como son la desconfianza, la ira, la pena, humillación y la vergüenza. En la base encontramos inseguridad con uno mismo y autorrechazo, el caldo de cultivo perfecto para la dependencia emocional.
Estos tres factores son agravantes de los celos: inseguridad, autorrechazo y dependencia emocional. Podrían resumirse en un solo término que conformaría la raíz de los celos: AUTODESVALORIZACIÓN.
Todos tenemos partes de nuestra personalidad, rasgos, características… que no nos gustan de nosotros, que de alguna forma rechazamos. Hasta aquí, todo estaría dentro de lo «normal», de hecho, es necesario que uno sienta cierto rechazo hacia esas partes que le disgustan porque es el modo primario en el que se expresa el deseo de cambiar. El problema es cuando ese rechazo se manifiesta en forma de autorreproches y descalificaciones porque desde esa «atmósfera interior», no puedo creer que alguien me quiera ni me valore. Escenario perfecto para la aparición de los celos.
CELOS NORMALES VS CELOS PATOLÓGICOS
Norberto Levy, psicólogo y autor de «La sabiduría de las emociones», propone dos criterios para distinguir cuando estamos sintiendo celos «normales» o celos patológicos:
- El tipo de estímulo que los detona.
- La manera en la que reacciono cuando los siento.
Para comprender el primer criterio, Norberto expone un ejemplo de dos casos extremos: si siento celos al ver a mi mujer besando apasionadamente a un hombre es una cosa; si los siento al verla saludar a un compañero de trabajo, es otra muy distinta.
Entre ambos extremos existe toda una gama de situaciones posibles en las que muchas veces se hace difícil distinguir qué tipo de celos estamos sintiendo, y es ahí donde entraría en juego el segundo criterio: ¿De qué forma proceso y reacciono antes los celos que siento?
Dos formas extremas de reaccionar podrían ser: reaccionar de forma violenta y cometer un crimen pasional o podría mantener una conversación con mi pareja en un momento apropiado en el que pueda reconocer esta emoción con claridad y respeto. Entre estas dos formas de respuestas posibles, existen muchas posibilidades de reacciones intermedias.
Cuanto más pequeño el estímulo y más intensa y destructiva la reacción, más se inclina la balanza hacia lo patológico.
CELOTIPIA
Corresponde a una psicopatología en la cual la persona afectada sufre constantemente de celos patológicos de manera permanente. El paciente con el trastorno se enfoca en la idea de que está siendo engañado aún cuando no existen motivos reales o pruebas del hecho.
Según el DMS V (Manual Diagnóstico y Estadístico de Trastornos Mentales) la celopatía presenta una serie de síntomas fácilmente reconocibles en una persona:
-Se presenta como un estado de inseguridad constante en la cual la persona tiene una idea delirante de que su pareja es infiel.
-Aun cuando las pruebas reales indiquen lo contrario la persona permanece aferrada a la idea del engaño con total convicción.
-Las ideas delirantes suelen caer en la fantasía.
-Pueden presentar ataques depresivos e incluso caer en un cuadro de depresión constante.
-Puede actuar de manera agresiva, intolerante e irritable, no solo con la pareja, sino también con su entorno social.
¿SOLO SE SIENTEN CELOS EN EL CONTEXTO DE PAREJA?
La respuesta es un rotundo NO, aunque quizás sea el ámbito más frecuente. Se pueden sentir celos entre hermanos, por el cariño de los padres, entre padres e hijos por el cariño o atención de uno de los progenitores; entre compañeros de trabajo, por el reconocimiento del jefe o de los demás compañeros, entre amigos…
Cada situación tendrá el matiz propio de la persona y de los roles que estén en juego.
No es lo mismo los celos que sienta por una ex de mi pareja, que los que sienta por su hijo o por un amigo.
Hay vínculos que ponen en riesgo mi presencia, en los que siento que puedo ser sustituida, pero hay otros en los que aunque mi rol no está en juego, si ponen en riesgo mi primer puesto en el «ranking de afectos» y dedicación, frustran mi deseo de ser el centro.
De manera que sí, se pueden sentir celos fuera del ámbito de la pareja porque lo esencial en los celos es que esté el temor de perder el afecto (en algún grado variable) del ser querido por la presencia de un tercero, y esto se puede dar en muchas áreas.
¿POR QUÉ SIENTO CELOS?
Siento celos en las áreas que me sienta más inseguro, puede ser en la intimidad afectiva (aunque no haya sexo), en la intelectual, en algún gusto o hobbie, o en lo que sea.
Esa inseguridad hace que piense que «ese tercero» le brindará a mi pareja todo aquello que yo quisiera tener y no tengo, esto en palabras de Norberto Levy:
«Esto es particularmente torturante porque mi rival no es entonces alguien de «carne y hueso», sino la imagen viva de lo que yo querría ser».
Lo que potencia que sienta celos será la inseguridad, mencionada anteriormente, la autodesvalorización (producida por el autorrechazo destructivo), la dependencia y la codependencia emocional.
Bajo esta atmósfera emocional y correspondiente debilidad psicológica, necesito que los demás me demuestren todo el tiempo que soy valioso y me convierto en esclavo de sus opiniones. Si me lo demuestran, entonces creeré que no me conocen realmente y es por eso que lo hacen.
Partiendo de esta base, tomaré cualquier situación ambigua como la confirmación de mi exclusión, sustitución o abandono que tanto temía y sospechaba.
Hasta que no sanemos en la raíz, los celos continuarán porque son una consecuencia.
Otra de las causas por las que podemos sentir celos, viene derivada de la autodesvalorización y es que la persona celosa necesita ser todo para el otro, ser toda fuente de satisfacción y bienestar para el ser querido, cubrir todas las áreas. Esto, para el dependiente emocional, es un mecanismo con el que cree asegurarse que no será abandonado.
La existencia de una sola área en la que sienta que no cubre y que la pareja admire o comparta con un tercero ese área, el celoso sentirá esa exclusión y ese abandono. Sería como «soy todo o sentiré que no soy nada».
En las causas también hablaríamos de la posesión. Los celos pueden tener un componente posesivo en donde el celoso trata a la pareja como un objeto, le impide tener vida propia y lo considera de su propiedad. El posesivo teme perder al ser querido e intenta retenerlo: «Quiero poseerte porque te amo», «Eres mío/mía».
Detrás del posesivo, hay una gran inseguridad y elabora diferentes estrategias y «artimañas» para retener a la persona querida con chantajes emocionales o inoculando culpa (por ejemplo, haciendo que se sienta mal cuando quiere hacer algo por su cuenta o incluso por simplemente desear algo de autonomía).
TIPOS DE CELOS
Conocer los tipos de celos, nos ayudará a identificarlos cuando no tengamos muy claro si se trata de esta emoción.
1. CELOS MATERIALES
Se basa en el apego por determinados objetos materiales. Defendemos con ansia nuestras posesiones y nos enfadaremos si alguien se acerca o incluso si los toca.
2. CELOS SOCIALES
El celoso siente que debe competir con una o varias personas para demostrar su éxito o para estar por encima. Muy celoso de su «reputación» o «estatus». En la base de estos celos estála comparación y la necesidad de defender la imagen social. Un tercero despierta tu sentido de competencia.
3. CELOS FAMILIARES.
Este tipo de celos se da entre personas emparentadas, están ligados a la necesidad de seguridad y de pertenencia. Pueden darse entre personas del mismo rol (hermanos, primos) o diferente rol (suegra/nuera). Igualmente está presente el temor a perder el cariño, la atención o el afecto (en algún grado) de un ser querido. Ya hemos visto que incluso se teme perder nuestro puesto en el «ranking».
4. CELOS PROFESIONALES Y DE AUTORREALIZACIÓN.
Componen la categoría de «celos vitales» y no tienen que ver tanto con el acceso a una relación íntima con una persona en concreto, sino con la creencia de que otras personas tienen mayor facilidad para crear una buena autoimagen sin apenas esforzarse y, a la vez, resultan más atractivas para uno mismo que la propia autoimagen. Es decir, se tienen celos de otra persona por ella misma. Siento celos porque cada éxito del resto de personas atenta a la propia autoestima.
CELOS PROFESIONALES:
Se basan en la parte de la autoimagen, el valor que tiene uno mismo como trabajador frente al resto de compañeros. Si siento que me encuentro en una situación de desventaja en lo relacionado a mi trabajo, puedo experimentar estos celos. Los celosos profesionales suelen considerar como una injusticia el éxito del resto de compañeros, creen que tienen mayores facilidades. Los puede detonar un ascenso o valoraciones positivas hacia el trabajo de sus compañeros.
CELOS DE AUTORREALIZACIÓN:
Se basan en un conjunto de creencias entorno al desarrollo personal, la felicidad y la autorrealización. Las personas que sienten este tipo de celos creen que los demás disfrutan y viven su vida con más intensidad que ellas, lo que lleva a la comparación. Al sentir los celos, no puede evitar comparar su propio proyecto de vida con el del resto de personas a quienes considera un ejemplo a seguir. El resultado es la lamentación por no haber conseguido la misma vida. Estos celos se basan y se alimentan de una serie de prejuicios que definen lo que «debe» incluir una vida plena y feliz.
5. CELOS POSESIVOS
Los celos posesivos son aquellos que, valga la redundancia, se basan en la posesión. Son, seguramente, los más destructivos, pues son los que generalmente pueden derivar en maltrato físico y/o psicológico. La persona celosa (de forma patológica) hace grandes esfuerzos para evitar que su pareja tenga contacto con personas del sexo de su orientación sexual. Intentan que no tengan amigos o amigas (depende de su orientación), que no se relacionen demasiado con compañeros o compañeras de trabajo, que pasen poco tiempo en redes sociales y que reciban castigos (que no tienen por qué ser físicos) en caso de que, aunque sea un poco, se relacionen con alguien que la persona celosa perciba como una amenaza.
6. CELOS PREVENTIVOS.
Este tipo de celos deriva del anterior y hace referencia a los esfuerzos que hace la persona celosa para evitar el contacto de su pareja con personas del sexo que le atrae.
7. CELOS REACTIVOS.
Los celos reactivos, a diferencia de los patológicos que estaban presentes siempre y sin un motivo específico, son aquellos que se desarrollan porque sí que ha habido un motivo fundamentado para tener miedo a que la pareja termine con otra persona. Un claro ejemplo de celos reactivos son los que surgen tras conocer una infidelidad.
Surgen porque detectamos un peligro real, pues la pareja está siempre sembrando semillas de inseguridad, está ocultando cosas, ha cambiado su ritmo de vida o directamente sabemos que está teniendo una aventura con alguien. En estas situaciones, una persona que no convive con celos patológicos, puede desarrollar estos celos reactivos. Unos celos que sí que están fundamentados. Que no quiere decir que sean positivos.
8. CELOS ANSIOSOS
Los celos ansiosos o cognitivos son una forma más mental de celar, es decir, se desarrolla en nuestra mente. Creamos imágenes y pensamientos que representan el comportamiento infiel de nuestra pareja, alimentando ansiedad, sospecha, preocupación y pérdida de confianza.
9. CELOS RETROSPECTIVOS
Los celos retrospectivos o retroactivos, también conocido como síndrome de Rebecca (inspirado en la película de Hitchcock, Rebecca), se producen cuando demostramos una verdadera obsesión con el pasado de nuestra pareja. Este tipo de celos tiene la característica de cubrir toda la vida pasada de nuestra pareja, no solo las relaciones amorosas (filirteos, coqueteos, día a día, amigas o amigos especiales…)
Cuando nos atacan estos celos, puede ocurrir que veamos a la ex pareja dotada de características especiales (inflamadas) que nosotros nunca conseguiremos, nos comparamos y nos sentimos inferiores a cualquiera de sus ex parejas.
10. CELOS PROYECTIVOS
Cuando atribuimos a nuestra pareja deseos de infidelidad sexual o emocional que en realidad nos pertenecen. Por ejemplo, incluso la persona más fiel y enamorada, se encontrará fantaseando aunque sea por un segundo, sobre alguien que no sea su pareja. Es inevitable y normal. Sin embargo, no todos logran conciliar la imagen de uno mismo como pareja enamorada con la de quien siente inevitablemente atracción por otro, esto hace que lo vivan como una traición. Una manera inconsciente de librarse de este conflicto interno (estoy enamorada vs fantaseo con otra persona), es proyectar sobre la pareja sus fantasías.
Estos celos también se dan cuando la infidelidad ha sido real, proyecto en la pareja el acto que yo he cometido.
Cualquiera de estos celos pueden derivar en celos patológicos o celotipia, para averiguar de cuales se trata podemos guiarnos por los dos criterios que te he compartido de Norberto Levy:
- El detonante
- La reacción
CELOS VS ENVIDIA
En la envidia puede no haber un tercero explícito. En la envidia siento dolor y enfado ante el reflejo de mis deseos insatisfechos. La función real de esta emoción no es destruir al otro ni hacerle daño, el verdadero objetivo de la envida es mostrarme mis deseos y anhelos (hasta incluso los que tenía dormidos y anestesiados) para recordarme su no consecución.
Los celos son el miedo de perder algo o alguien, no «la falta de».
PROFECÍA AUTOCUMPLIDA
Los celos pueden funcionar como «profecía autocumplida». Quien cela va dañando el vínculo con su conducta y sus comportamientos, lo que va produciendo el desgaste y el alejamiento de la pareja. Una de las consecuencias de este alejamiento podría ser que, efectivamente, aparezca una tercera persona que ocupe mi lugar, mi rol y me sustituya. Se termina cumpliendo lo que tanto temía.
¿CÓMO SE «CURAN» LOS CELOS?
Norberto Levy propone indagar (con un ejercicio de auto-exploración) en la raíz que los causa: «El autorrechazo destructivo»
Es destructivo cuando en lugar de transformar esas partes que no nos gustan de nosotros, las lesiona más.
EJERCICIO DE AUTO-EXPLORACIÓN
- Imagina delante de ti esa parte que rechazas: ¿Qué sientes al verla?, ¿De qué te dan ganas?, ¿Qué quieres hacerle?
- Ahora ponte en el lugar de la parte rechazada: ¿Cómo se siente al escuchar eso?
Cuando la parte rechaza queda peor que antes, estamos ante la esencia del autorrechazo destructivo. Según Norberto Levy, «no solo es la base y raíz de los celos enfermizos sino del sufrimiento psicológico humano»
Cuando uno ha dejado de ser su enemigo y ha aprendido a auto-asistirse, inicia un camino de aprendizaje y crecimiento – Norberto Levy
1. APRENDER A «AUTORRECHAZARNOS» DE UN MODO RESOLUTIVO
Debemos aprender a autorrechazarnos de un modo resolutivo, ya hemos dicho que todos tenemos algunas partes que nos gustaría cambiar, modificar, mejorar o eliminar; pero que ese disgusto nos aliente a la transformación de eso que nos desagrada, sin dañarnos y sin descalificarnos.
Comprender que esto se trata de un aprendizaje, y como tal, es un proceso.
2. TRABAJAR EN NOSOTROS
Comenzar a trabajar en uno mismo para ir ganando confianza, seguridad e integridad que es lo que permite, entre otras cosas, la disminución de la dependencia emocional. Ponernos pequeñas metas para alcanzar eso que nos gustaría (realistas y alcanzables) y cumplir con ellas; nos ayuda a nutrir nuestra autoconfianza y la sensación de autonomía personal. Tenemos nuestro propio proyecto de vida.
3. PUEDE QUE NO HAYA COMPLEMENTARIEDAD TOTAL
Comprender que la fortaleza de un vínculo no está en la complementariedad total sino más bien, en el disfrute de aquellas áreas compartidas y en respetar, sin reproches, aquellas partes que no se complementan. No tenemos porque tener las mismas aficiones y gustos que nuestra pareja, podemos compartir y disfrutar de algunos y de otros no. Entender que eso no le resta validez a nuestra relación.
4. CADA VÍNCULO NOS APORTA COSAS DIFERENTES
Cada vínculo y cada relación nos aporta cosas diferentes, que en su conjunto, nos enriquecen como persona. La calidad de una, no va en proporción al desmerecimiento o desvalorización de otra. No tiene sentido comparar. La relación que tengo con mis amigos me enriquece, la relación con mis compañeros de trabajo también lo hace, la que tengo con diferentes miembros de mi familia… Todas me aportan, me suman y no tengo que elegir entre una de ellas.
5. ASUMIR QUE SIENTO CELOS Y COMUNICARLO
Asumir que siento celos y abrir este tema con mi pareja, nos permite conducir la mirada a un balance global de la relación, es decir, que podamos pensar en qué es lo que puede estar faltando, qué puede haber sido descuidado o se ha perdido…
Esto nos podrá llevar a diferentes desenlaces:
- Que ambos tengamos deseos de reconstruir y fortalecer la relación.
- Que decidamos separarnos.
SUGERENCIAS PARA CAMBIAR
- Reconocer que soy celoso.
- Reconocer qué emociones me producen para trabajar en ellas (rabia, tristeza, ansiedad…)
- Conocer mis detonantes para comenzar a trabajar en las reacciones.
- Trabajar en mi autonomía, proyecto de vida y ocuparme de mí.
- Trabajar en mi autoconfianza y mi diálogo interno.
- Trabajar en las creencias limitantes acerca de la pareja y del amor.
- Trabajar con mi niño interior (heridas de abandono y rechazo)
- Practicar MAITRI: Amistad incondicional con uno mismo.
De corazón espero, que todo lo que comparto, te ayude a iluminar allí donde más oscuro se ve.
Un abrazo.
Manual de autosanación: «HERIDA. Comprender y sanar a mi niña interior» Un viaje a tu interior que se compone de 30 capítulos y 13 anexos. 594 páginas que te ayudarán a identificar tus propias capas de dolor, de qué se compone cada una de ellas, que entiendas la función que cumplieron y de qué te intentaron e intentan proteger, qué las detona y cuál es su secuencia.
Herramientas de vida: «TRABAJAR EN MÍ». Una guía que te ayuda a identificar y transformar cada uno de los comportamientos y conductas que te vienen saboteando, en recursos que te impulsen y te ayuden a ver tu realidad desde otro lugar.
¡Únete al canal de TELEGRAM! Un espacio en el que te compartiré herramientas y recursos para reflexionar, crecer y evolucionar juntas. Espero que se convierta en esa ventana dónde poder encontrar un poquito de luz que ilumine allá donde más oscuro se ve.
Te acompaño en tu proceso: Te acompaño en ese viaje hacia lo más profundo de ti, a ir soltando todo lo que no te pertenece, a ir poniendo luz a esas partes que tuviste que esconder, ir renunciando a la esclavitud de la aceptación de otros, volver a sentirte segura siendo tú. Sentirte adulta, aceptarte y poder darte la incondicionalidad legítima que un día quizás no recibiste y que aún hoy estás necesitando. Pregúntame sin compromiso.
Conoce todas las herramientas y recursos que he creado para ti. Comienza el camino del autoconocimiento, aprende a indagar en ti, a observarte, escucharte, atenderte… Comprende porqué ves el mundo como lo ves y todo lo que puedes hacer al respecto. Tienes todo en la pestaña «recursos».
Suscríbete a la newsletter y descárgate el método: «El camino de regreso a mí. un viaje de vuelta». Con este método, te invito a no quedarte en lo obvio, a leer entre líneas, a rascar en la superficie y mirar qué hay detrás de todo lo que te rodea, de tus reacciones, de las experiencias y situaciones que repites y se repiten en tu vida.
Recuerda que en Instagram y Facebook te comparto herramientas a diario.
Puedes escucharme en «SOY HUMANA», el podcast de @tucambiocomienzaaqui en el que cada semana hablamos de todo aquello que nos preocupa a diario y que de alguna manera nos impide ver todo aquello que sí funciona, que sí va y que sí tenemos. En cada episodio hablamos de cómo lidiar con todo eso que, de alguna manera nos bloquea, nos limita y nos hace olvidar que somos humanos.